lunes, 13 de julio de 2009

Teorías del aprendizaje, breve revisión crítica por:Várvara Rangel Hill

El tipo de teoría aplicada en el curso, determinará las relaciones entre los protagonistas del aula, los procesos del hecho educativo, los productos y especialmente el sujeto concebido en el espacio formativo. Este breve ensayo pretende hacer una revisión crítica sobre los principales paradigmas, teorías del aprendizaje y su incidencia en la práctica que desarrolla el docente. Se trata de una exposición incipiente para profundizar durante el diplomado en este estudio.
Las teorías del aprendizaje abarcan un repertorio sobre las formas en que se puede abordar la práctica educativa para obtener un aprendizaje determinado. Ellas inciden en el desarrollo de la práctica del docente porque son una “fuente de estrategias, tácticas y técnicas de instrucción verificadas (…) para enfrentar un problema instruccional dado” (Ertmer y Newby, 1993: 2). Estas teorías también implican una “postura frente a la vida, el mundo, los otros y frente a mí misma”.
Hoy sabemos que aprender, depende de lo que conocemos, se trata de un proceso complejo que reposa en la experiencia previa y las condiciones socioculturales, que para su efectividad supone comprensión, análisis, valoración, síntesis y apropiación (Márquez, 1999). El proceso también estima un cambio de consciencia y de las coordenadas con las que percibimos la realidad, en muchos casos para transformarla , algo muy distinto a la vieja práctica de memorizar o “caletrear” contenidos.
Esto que hoy sabemos del aprendizaje se riñe con la perspectiva conductista del aprendizaje de principios del siglo XX, que se sustenta en los trabajos de Pavlov sobre el condicionamiento clásico y el paradigma de estímulo- respuesta de Watson, entre otros. El conductismo sostiene que el aprendizaje observa las modificaciones de la conducta condicionada a través de un estimulo - respuesta, con una relación crítica para mantener la conducta y reforzarla.
En palabras de Castorina “las teorías que interpretan el proceso de aprendizaje en la sala de clase como reorganización del sistema de nociones (estímulos) o autentica producción conceptual (respuestas), quedan prisioneras en un callejón sin salida, en una paradoja que hace poco creíble el acto educativo” (1994: 8) .
Los conductistas diseñan estrategias para “construir y reforzar” asociaciones bajo el esquema estímulo respuesta, con el uso de instrucciones, práctica y refuerzo. Es por esto que más se le critica, ya que no potencia las habilidades para desarrollar un pensamiento crítico, inferir e interpretar. (Ertmer y Newby, 199: 4). Además, supone que el docente asume una actitud arrogante o presuntuosa del conocimiento, el aula no será un espacio para el debate, ni para el respeto de la ideas.
Las teorías cognitivas del aprendizaje identifican el aprendizaje con ligeros cambios de “estados” del conocimiento, a diferencia de los conductistas que se concentran en la respuesta. Esta teoría se ocupa de cómo los estudiantes -participantes activos del proceso educativo- reciben, organizan almacenan y localizan la información. A mediados del siglo pasado, los trabajos de Jean Piaget vienen a significar la mayor parte del paradigma cognitivo evolucionista desde la psicología genético-cognitiva, el cual concibe el aprendizaje como un “conjunto de mecanismos que el organismo pone en movimiento para adaptarse al medio ambiente” (Díaz y Martins, 1982). Durante la evolución intelectual del individuo sucede un proceso de equilibrio entre la asimilación y acomodación del conocimiento.
Sin embargo, nos cuesta creer que durante el proceso, todos o el mayor número de individuos tiendan al equilibrio, pese a la guía del tutor-docente. García citado por Castorina (1994: 10) señala al respecto que “la incertidumbre acerca del camino preciso que seguirá un sistema sometido a períodos sucesivos de inestabilidad (desequilibrio) parece ser una característica de todos los sistemas abiertos”.
Otra de las críticas que se le hace a Piaget, es el no haber profundizado en el entorno de los sujetos, la teoría no toca aspectos sociales y culturales que aceleran o retrasan los “estados” del conocimiento. A diferencia de Vigotsky, quien además criticó las etapas evolutivas de aprendizaje planteadas por Piaget, con su teoría de la Zona de Desarrollo Próximo (ZDP), definida por un “nivel real” y un “nivel de desarrollo potencial”. El primero es fijado por la capacidad del sujeto para resolver por sí sólo un problema. Mientras que en el segundo la resolución del problema se potencia por la guía de un adulto o la colaboración de otro más capaz.
Antes de Vigotsky, ningún otro estudioso se había planteado que los trabajos realizados por estudiantes con ayuda de otro podía tener “un sentido más significativo” que lo que producían o resolvían solos. Osorio afirma que la estrategia educativa Vigotskyana se basa en la intervención del profesor en la ZDP como mediador de los conflictos socio – cognitivos.
Osorio citando a Vigotsky destaca que " la noción de que los procesos evolutivos no coinciden con los procesos del aprendizaje. Por el contrario, el proceso evolutivo va a remolque del proceso de aprendizaje, esta secuencia es lo que se convierte en la zona de desarrollo próximo”. Se considera a la teoría de la ZDP desde la perspectiva de la psicología genético-dialéctica y junto a otros aportes de este autor para sentar las bases de la teoría constructivista.
Castorina (1994) señala que el psicólogo bielorruso no profundizó sus estudios sobre la “dinámica interna” que actúa en la ZDP y parece depender del aprendizaje por instrucción. Asimismo con una visión positivista, evidencia que no llegó a establecer los indicadores de una métrica para la zona. No obstante, sus aportes de la teoría socio-histórica reivindican las interacciones sociales de los individuos.
Con los aportes de Vigotsky, Piaget, Ausubel y Bruner se ha formado la teoría constructivista donde el aprendizaje es “un proceso activo por parte del alumno que ensambla, extiende, restaura e interpreta, y por lo tanto "construye" conocimientos partiendo de su experiencia e integrándola con la información que recibe” . En este proceso de aprendizaje constructivo, el docente deja el protagonismo para el participante del curso quien se convierte en responsable de su formación, con participación y transferencia de la teoría a la práctica.
La teoría constructivista pone énfasis en que el aprendizaje sea en ambientes reales para el desarrollo de experiencias significativas donde el estudiante pueda elaborar e interpretar la información.
Castorina (1994) reseña las principales críticas al constructivismo anunciando que no se trata de una teoría en estricto sino de la convergencia de distintas corrientes del pensamiento y la investigación. Por su parte, Hernández (1995) se detiene lo individualista del proceso que prima sobre lo colectivo; lo racional, reduccionista y la influencia de la subjetividad humana en la construcción de los contenidos, particularmente la del docente quien guía la construcción de los contenidos desde su propia subjetividad.
Este primer ensayo sobre las principales teorías del aprendizaje y las propuestas de sus máximos representantes, es un primer acercamiento sobre el amplio repertorio teórico, se trata a penas de un trabajo incompleto que puede profundizar sobre los “talones de Aquiles” de estos paradigmas. Se trata de una postura de la vida sobre la forma de conocer que no acepta ningún postulado como cierto pero siempre cuestionable y en consecuencia perfectible.
Referencias
1. Castorina, José (1994) Problemas epistemológicos de las teorías del aprendizaje en su transferencia a la educación. México: Universidad Autónoma de México/Perfiles Educativos. Julio – Septiembre. Nro. 65.
2. Díaz B, Juan y Martins P. Adair (1982) Estrategias de enseñanza-aprendizaje. San José: Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura.
3. Ertmer, Peggy y Newby, Timothy (1993) Conductismo, cognitivismo y constructivismo: una comparación de los aspectos críticos desde la perspectiva del diseño de instrucción. Performance Improvement. 6(4), 50-72. UPEL. Disponible: http://ares.unimet.edu.ve/programacion/psfase3/modII/biblio/CONDUCTISMO_%20COGNITIVISMO_%20CONSTRUCTIVISMO.pdf  Consulta 10/07/2009
4. Freire, Paulo (2008) El grito manso. Buenos Aires: Siglo veintiuno editores.
5. Hernández, Fernando (1995) Del constructivismo cognitivo al constructivismo crítico una lectura dialógica del constructivismo. ESTUDIOS. Revista en línea. Disponible en: http://biblioteca.itam.mx/estudios/estudio/letras39-40/texto09/texto09.html.  Consulta 10/07/2009
6. Marqués, Pere (1999) Concepciones sobre el aprendizaje. UAB. Disponible: http://www.pangea.org/peremarques/aprendiz.htm.  Consulta 10/07/2009
7. Osorio, Ricardo (s.f.) La relación entre el aprendizaje y el desarrollo humano. Documento en Línea. Disponible en: http://www.vigotsky.org/articles/la_relacion_entre_el_aprendizaje_y_el_desarrollo_humano.asp. Consulta 10/07/2009
8. http://www.cca.org.mx/profesores/cursos/cep21-tec/modulo_1/main0_35.htm

3 comentarios:

  1. Exhaustiva y decidida a revisarse, Várvara invoca corolarios muy asertivos para orientar el fortalecimiento que engendra nuestra participación en esta actividad. Sus reflexiones y referencia al “sujeto concebido en el espacio formativo”, me lleva a retomar mis breves consideraciones de la introducción de mi Ensayo, planteadas en torno a una conceptualización de ese Sujeto, que debe responder al Ser actor y ductor de su entorno y no como un operador del mismo. Me adhiero a su mención sobre el “Hecho Educativo”, abundando al enunciarlo como causa eficiente para modificar, extinguir o crear desempeño. Y finalmente, si entendí bien, acaso suscribo su vibrante visión del aprendizaje como “postura de la vida sobre la forma de conocer que no acepta ningún postulado como cierto pero siempre cuestionable y en consecuencia perfectible”.

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  2. de qe teorias del aprendizaje se diferencia la concepcion educativa de paulo freire y a que teorias se asemeja

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