lunes, 13 de julio de 2009

Concepciones del aprendizaje, tipos de aprendizaje e implicaciones en la práctica educativa por: Mirtha Vargas

Definir el aprendizaje resulta bastante complejo. Sin embargo, leídos varios autores que se han desarrollado tanto en el campo teórico como de la investigación y de la educación, y luego de un análisis realizado desde varias perspectivas, se puede decir que consiste en “un proceso que permite al individuo adquirir nuevas habilidades, destrezas, conocimientos, conductas y valores como resultado de la observación, la educación, la práctica y la experiencia, a lo largo de su vida”.
Tal apreciación determina que el aprendizaje constituye una de las funciones mentales más importantes del ser humano, así como de los animales.
Particularmente, considero que el aprendizaje del ser humano esta relacionado con la educación y su desarrollo personal. El primero, constituye el aprendizaje básico observado en su contexto ambiental como por ejemplo, el hogar a través de sus padres, hermanos, amigos y la escuela mediante sus maestros… y el segundo, representa la práctica educativa o experiencia adquirida en el transcurso de la vida, como por ejemplo, relaciones con otros individuos en el contexto estudiantil, laboral, social, cultural...
Además, comparto con autores como Dewey, Tyler y Linch en que debe existir un puente entre el aprendizaje básico y la práctica educativa para que se de un aprendizaje óptimo, puesto que están estrechamente vinculados.
Igualmente, apoyo la teoría de Shuell que dice: “El aprendizaje es un cambio perdurable en la conducta o en la capacidad de comportarse de una determinada manera, la cual resulta de la práctica o de alguna otra forma de experiencia”, porque resalta dos aspectos determinante en el ser humano como son la conducta (observable o imitativa) y la experiencia (realidad vivida día a día).
Por otra parte, la forma de cómo y a través de qué aprendemos, tiene sus bases fundamentales, en la neuropsicología, la psicología educacional y la pedagogía, porque son las ciencias que contribuyen con el diseño y aplicación de las teorías del aprendizaje como el conductismo, cognitivismo y constructivismo. Y obviamente, una adecuada técnica, así como una conveniente orientación y una constante motivación, garantizan un proceso óptimo de aprendizaje en el individuo.
Si bien es cierto que el proceso de aprendizaje es una actividad individual que se desarrolla dentro de un contexto social y cultural, la teoría del conductivismos, basada en las conductas observables y abiertas, ha hecho grandes aportes en la evolución del aprendizaje, debido a que con la aplicación de esta teoría, se ha logrado demostrar o exhibir una respuesta apropiada, posterior a la realización de un determinado estimulo ambiental.
Si recordamos que desde pequeños, recibimos orientación para seguir un patrón o ejemplo familiar, a fin de generar una conducta apropiada como buenos modales, cortesía, pensamiento correcto, palabras apropiadas, amor, sensibilidad, bondad, religión, estudiar, entre otros, esto demuestra que en el contexto ambiental están aplicando la teoría conductista, porque entre las estrategias aplicadas por los conductistas, están las que son más útiles para construir y reforzar asociaciones estímulos-respuesta, incluyendo el uso de pistas o indicios instruccionales, es decir, práctica y refuerzo.
En muchos casos, dichas prescripciones, han probado ser confiables y efectivas en la facilitación del aprendizaje que tiene que ver con discriminaciones como por ejemplo, recuerdo de hecho o generalizaciones como por ejemplo, definiendo e ilustrando conceptos. Además, produciendo asociaciones, como por ejemplo, aplicando explicaciones. También, tiende a generar el encadenamiento, a través de desempeño automático de un procedimiento especificado. Pero, se dice que no pueden explicar adecuadamente la adquisición de habilidades de alto nivel o de aquellas que requieren mayor profundidad de procesamiento, como por ejemplo, desarrollo del lenguaje, solución de problemas, generación de inferencias, pensamiento crítico, otros.
No obstante, a partir de los años 50 surge la teoría del cognitivismo, y comienza a desplazar el modelo conductista. Esta teoría trata sobre procesos cognitivos más complejos como el pensamiento, la solución de problemas, el lenguaje, la formación de conceptos y el procesamiento de la información.
Mediante esta teoría, el aprendizaje se equipara a cambios discretos entre los estados del conocimiento más que con los cambios en la probabilidad de respuesta. Al igual que el conductismo, el cognitivismo enfatiza su papel en las condiciones ambientales.
Vale decir que, el enfoque congnitivo se concentra en las actividades mentales del estudiante, que conducen a una respuesta y reconocen los procesos de planificación mental, la formulación de metas y la organización de estrategias. En esta teoría, algunas de las claves radica en como los estudiantes atienden a codificar, transformar, ensayar, almacenar y localizar la información. Pero, el centro del enfoque cognitivo, se localiza en cambiar al estudiante animándolo para que use las estrategias intruccionales apropiadas.
En el cognitivismo también existe la llamada transferencia, y según Schunk, consiste en una función de cómo se almacena la información en la memoria, es decir, que cuando un estudiante entiende como aplicar el conocimiento en diferentes contextos o ambientes, entonces ha ocurrido la transferencia. Con esto, queda claro que, en la memoria, no solo debe almacenarse el puro conocimiento, sino también los distintos usos que pueden dársele a ese conocimiento.
Como esta teoría hace énfasis en las estructuras mentales, explica mejor las formas de aprendizaje complejas como el razonamiento, la solución de problemas, el procesamiento de información, otros, recursos que es utilizado diariamente por el individuo en general.
La meta real de instrucción tanto del conductivismo como el cognitivismo es comunicar o transferir conocimientos a los estudiantes en la forma más eficiente y efectiva posible.
Para lograr dicha meta real, ambas perspectivas aplican dos técnicas: la simplificación y la estandarización, con lo cual el conocimiento puede ser analizado, desglosado y simplificado en bloques de construcción básico. Aquí, la transferencia de conocimientos se hace expedita si se elimina la información no pertinente.
Conductistas y cognitivistas coinciden en la promoción y aplicación de una gran cantidad de estrategias de instrucción, aunque por razones diferentes. Uno, muy común es el uso de la retroalimentación. El conductista la utiliza como refuerzo, para modificar la conducta en la dirección deseada; y el cognitivista, para conocer los resultados, a fin de guiar y apoyar las conexiones mentales exactas.
Ahora bien, también está la teoría de constructivismo que aunque no es un enfoque totalmente nuevo, en los últimos tiempos es que esta comenzando a ser adoptada tanto por los conductistas como por los cognitivos, quienes han empezado a usarlo como parte de sus metodologías del aprendizaje y la comprensión.
Con la teoría constructivista, considerada como una rama del cognitivismo, el conocimiento pasa a ser una función de cómo el individuo crea significados a partir de sus propias experiencias, es decir, como asume los conocimientos adquiridos a medidas que se enfrenta a su contexto ambiental.
Aunque no niegan la existencia del mundo real, sostienen que lo que conocemos del mundo nace de la interpretación de nuestras experiencias, debido a que los humanos crean significados pero no los adquieren, puesto que de cualquier experiencia se puedan derivar diversos significados. Con ello, se deja a un lado la creencia de lograr un significado predeterminado y correcto.
Esta concepción deja claro que un estudiante no transfiere el conocimiento del mundo externo hacia su memoria sino que construye interpretaciones personales de ese mundo que se basa en interacciones y experiencias individuales. Eso significa, que las representaciones internas siempre están abiertas al cambio.
Entonces, la memoria juega un papel imprescindible para el contructivismo, así como el estudiante y el ambiente.
En cuánto a la aplicación de estas tres teorías en materia de aprendizaje, se puede decir que la meta de la instrucción es que, el individuo vaya evolucionando, primero, observando en su contexto ambiental social y cultural (familia), conociendo significados y ampliando su vocabulario (escuela y consultando el diccionario), interpretando la información (reflexionando e interpretando).
El papel del instructor también es fundamental, porque le toca moverse en un escenario donde le toca poner en práctica, cada una de las teorías antes señaladas, con la finalidad de lograr el objetivo de transferir información y conocimientos a su potenciales estudiante, quienes deberán tratar de comprender esas orientaciones y experiencias para interpretarlas, reformularlas y almacenarlas en su memoria, con el propósito de usarlas de acuerdo al ambiente en que se enfrentan.
Esta transferencia de conocimientos de instructor a alumno se realiza de acuerdo a una estructura bien establecida. Como instructores deben facilitarles a los estudiantes tareas auténticas fijadas en contextos específicos, reales, objetivos, creativos que les permitan una mayor uso del pensamiento, que se traduzca en comprensión, porque así hay mayores posibilidades de que el aprendizaje ocurra.
Finalmente, con esta serie de herramientas no solo aprende el alumno, sino también mejora el instructor, puesto que se hace el uso apropiado y efectivo de las herramientas en una situación real.

2 comentarios:

  1. Percibiéndola como una reflexión introspectiva, enriquecida con ejemplos de la cotidianidad que advierten una aproximación al tema desde la perspectiva del docente, de las propuestas de Mirtha respetuosamente rescato la siguiente reformulación que alineo con mi entendimiento del asunto: Definido por la educación –lato sensu- y su desarrollo personal, para lograr el aprendizaje eficaz en el individuo, corresponde al instructor poner en práctica eficientes técnicas para transferir información y experiencias, lo que junto a orientación pertinente y constante motivación en función de los intereses del discente, promoverá la adaptación (comprensión, interpretación, etc) de ello a sus estructuras, conduciendo su aplicación a la vida.

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  2. Estoy de acuerdo con la aseveraciòn de que el profesor aprende tanto como el alumno, puesto que se trata de un proceso bidireccional, donde el profesor no debe ser inaccesible ni cerrado a los cambios y a la retroalimentaciòn. De allì, que el docente tambièn asume el rol de facilitador.

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