Orian Jaramillo El dia que conversé con el aprendizaje

El día que conversé con el Aprendizaje

A lo largo de mi vida puedo decir que he aprendido muchas cosas y por fortuna pareciera que nunca dejo de hacerlo. Ello se ha venido reforzando cuando decidí que quería enseñar, hacer que los demás aprendieran algo de lo que se. Durante el proceso nació en mí una duda: ¿qué es realmente aprender? Me dispuse a averiguarlo emprendiendo un viaje. Empaqué mis conceptos, premisas a priori, presuposiciones y lo emprendí. Recorrí letras, hojas, visiones, hasta que finalmente allí lo hallé, retozando bajo un frondoso árbol de voluminoso tronco, poderosas raíces y cientos de ramas.

-Buenas tardes-, le dije. El aprendizaje me miró, sonrió y devolvió el saludo. “¿En qué puedo ayudarte?”, dijo con gran familiaridad.

-Bueno, disculpe la molestia, pero he viajado mucho para encontrarle. Fíjese, es que tengo una gran duda y quería preguntarle directamente: ¿qué es usted?-. Tras una larga risa, dijo: “primero no me trates de usted, pues digamos que formo parte de ti, de lo que es cada persona. Segundo, pues cosa complicada te has propuesto. Eso es como si le preguntaras a quines te rodean quién eres tú. Todos tendrán su visión y enfoque particular sobre ti”.

-Bien, trataré de ayudarte-, continuó.- Como todos, he tenido una serie de amigos cercanos que se han esforzado en tratar de brindar a los demás una visión de quién o qué soy. Uno de nombre Ebbinghaus, muy inclinado por los números, postuló que me basaba a la influencia de la repetición, que la retención de las cosas en la memoria se estaba en correlación con las repeticiones. Tengo un grupo de amigos que pertenecen a una especie de club llamado los Conductistas. Pavlov, Thorndike, Watson y Skinner son algunos de sus “miembros”. Poseen algunas diferencias entre ellos, pero tienen una especie de línea común en la cual están de acuerdo con respecto a mí, y es que me baso en la premisa de que bajo un estímulo determinado se produce una respuesta. Dicen también que el ambiente y el refuerzo son factores que me potencian y alimentan.

-Son bastantes personas, debe haber entonces mucho de cierto en eso. Recuerdo que de pequeño me obsequiaban al final de un grado algún juguete que quisiera si pasaba con buenas calificaciones. Eso me estimulaba y siempre me apliqué, por ello aprendí bastante -, comenté entusiasmado. “Si y no, pero te apoyo en parte. Es la base de la premisa estimulo y respuesta”, replicó el aprendizaje. “Todo es cuestión desde la perspectiva que te quieran ver”, añadió.

-Existen otros “clubes de amigos”. Hay uno que surgió en la convulsa década de 1960 y lo llaman el Cognitivismo. Este nuevo “club” nació como respuesta a que, no obstante tu comentario, las premisas conductistas sobre mi persona son algo limitadas, lo que no quiere decir equivocadas. Intentan tomar en cuenta cosas las cuales consideran que los conductistas pasaron por alto, como es el caso de los procesos psicológicos de cada quien el en proceso de adquirirme. El sujeto es un participante activo y la información se almacena ordenadamente en la memoria y decodifica significados. Para lograrlo de forma efectiva, la información debe darse de la forma más efectiva y eficiente para facilitar procesos de simplificación y estandarización que se derivan en adquisición de conocimientos a largo plazo, estrategias y libertad de pensamiento-.

-¡Claro! No debí decir que aprendí solo por premios, hubo y hay toda una serie de actividades complejas que me han enseñado y enseñan cosas como tareas y analogías que me permiten asumir situaciones las cuales no sean familiares para mi-, dije en un esfuerzo por esclarecer el asunto para mis adentros.
El aprendizaje asintió, no se si muy convencido de mi deducción, pero continuó con su interesante charla: “entre los amigos de este club, hay bastantes personas también, como Bruner, Ausubel, Merrill, Gagné, Piaget y Vygotsky, siendo por cierto estos dos últimos un caso particular”.
-¿A qué te refieres con ello?-, inquirí.
-Digamos que poseen una concepción diferente de mí y como operan las personas en mi adquisición, por lo que formaron, más que otro club, una especie de subdivisión del club cognitivista que llaman el Constructivismo. Siguen con la premisa del participante activo pero adicionalmente m equiparan con la creación de significados a partir de experiencias. Cada quien filtra lo que percibe del mundo circundante para construir su propia realidad. Cada persona construye sus significados. De allí el nombre Constructivismo. Esos constructos mentales que cada quien adquiere no son fijos, sino flexibles y evolucionan continuamente con el paso del tiempo y la exposición a nuevas experiencias. Mientras para Piaget me formo mediante la interacción directa sujeto – objeto, Vygotsky lo me concibe dentro de un proceso más social, donde la cultura tiene herramientas mediadoras en la formación.
-Es decir que mi adquisición de ti esta influenciada por mi desarrollo natural como persona y mi relación con el entorno y la sociedad-, comenté.
-Una visión algo simplificada, pero sí-, respondió el aprendizaje mientras tomaba un segundo aire para continuar.- Estos amigos que te he comentado son, por así decirlo, quienes han formulado las bases para mi concepción. La mayoría pertenecen al área de la psicología. Gracia a ellos he ganado muchos otros amigos de distintas áreas que tratan de conceptualizarme de la manera más correcta a integral posible. Tarea nada sencilla. No por vanagloriarme, pero es como si tu mismo pudieras decir que alguien conoce todo sobre ti. Incluso uno mismo no llega a conocerse integralmente y en cada recóndito espacio de su ser. Pero hay aportes interesantes. Algunos estudiosos de la pedagogía me clasifican por varios tipos, aspectos de mi personalidad, por así decirlo. Por ejemplo, el tipo receptivo se enfoca en la internalización de contenidos por parte de la explicación de alguien, material impreso, soporte electrónico u otro de cualquier naturaleza. El de tipo por descubrimiento destaca que la persona debe descubrir el material por si mismo antes de incluirlo dentro de su estructura cognitiva, pudiendo ser guiado o tutorado por otro. La tipo memorística expone lo relativo a asociaciones arbitrarias o cuando la persona realiza estas asociaciones arbitrariamente. Se basa entonces en la mera memorización de datos que no están interrelacionados. Por otro lado, el tipo significativo es cuando las tareas están interrelacionadas congruentemente y la persona decide aplicarme así. En este caso dicha persona es su propio guía en la aventura su conocimiento.
Me sentía algo aturdido. No sabía si realmente ya estaba procesando toda esa información. Empero, me sentía aliviado, pues seguramente no habría más que decir. Así lo manifesté sutilmente. El aprendizaje alzó la mirada, observó de soslayo las ramas del árbol que le servía de sombrilla y me lanzó una mirada maliciosa acompañado de una sonrisa que me dejó en el sitio.
-Pero si hasta los momentos la cosa ha estado sencilla-, comentó entre risas, frase el cual esperé fuera una broma de gusto cuestionable -. Por ejemplo, creo que es un hecho irrefutable el que te diga que posees una serie de sentidos ¿verdad?
-Bueno, sí. Por fortuna los tengo todos. Lamentablemente hay quienes poseen deficiencias en algunos, pero no es mi caso.
-Verdad a medias diría yo-. El aprendizaje debió percatarse de la angustia creciente que se dibujó repentinamente en mi rostro y apresuró su aclaratoria-. Cada persona concibe el mundo que lo rodea a su manera. De igual manera tiene distintas formas de aproximarse a él. Los sentidos son la forma primaria y fundamental que tienes para acercarse al mundo, por ende, que me adquieran. Las personas reciben información simultánea desde distintos canales, pero la mayoría de las veces uno de los canales recibe la información mejor que otro, el cual puede incluso ocasionar interferencia. Los sentidos cumplen una función esencial en lo que respecta a mí. Hay quienes les va mejor el sentido de la vista, otros el oído, otros son más kinestésicos. Cuando a alguien se le enseña haciendo énfasis en un sentido que no es su “privilegiado”, intenta canalizarlo con alguna actividad paralela que lo estimule. Una gran amiga que empezó a explorar estos aspectos del acercamiento de la gente hacia mi fue la doctora María Montesori.
-Ahora que lo dices, recuerdo que incluso en la universidad, cuando me tocaban clases magistrales, dibujaba en el cuaderno mientras escuchaba al profesor. No creas que soy un maleducado, aunque no lo pareciera le prestaba atención a la clase.
-Y no lo dudo, amigo. Tan sólo eso refleja que seguramente te aproximas más a mí por medio del sentido de la vista. Eres más visual que auditivo o kinestésico-, me respondió con una sonrisa. Hubo un silencio, casi como para comprobar si había dudas en el aire. No cabía duda que sí, y creo que no hacía falta preguntarlo. Echaba de menos una recopilación, un puerto en el cual anclar todo lo hablado.
-¿Qué soy?-, dijo casi para si el aprendizaje-. Soy algo que nunca acaba en la vida de las personas, soy la adquisición de conocimientos, habilidades, valores, actitudes, ya sea mediante el estudio, la enseñanza o la experiencia.
-¿Y cuál de tus amigos se acerca más a tu esencia? ¿Cuál debería ser la visión que privilegie en una labor educativa?-. Interrumpí ligeramente como para romper el ensimismamiento en que se encontraba el aprendizaje.
-Ninguna-, dijo para mi sorpresa-. No me refiero a que no debes utilizar ninguna, sino que más bien cada aporte, cada definición, cada visión que se ha tenido de mi sirve para algunas cosas en específico. A lo largo de la vida no me has adquirido de una sola manera. Tanto tú como quienes te han educado han utilizado, consciente o inconscientemente alguna tendencia u otra. Si retomamos a mis amigos del club Conductista, sus concepciones han ayudado a lo que es el desarrollo de temas por objetivos, evaluaciones, pruebas diagnóstico, enseñanza en secuencia y todo el sistema de premiación que es muy estimulante. Todo lo que es aplicación de reglas, hechos, operaciones estandarizadas, asociaciones, discriminaciones y el típico aprendizaje memorístico el cual es necesario para algunas cosas. En resumen, es útil cuando queremos enseñar o entender el qué de las cosas. Si nos vamos a la visión de los chicos del Cognitivismo, se enfoca más en la participación activa de la persona, el análisis de esquemas, realización de mapas conceptuales. La idea es que la persona pueda extrapolar reglas generales a situaciones que no le sean familiares, es decir, saber el cómo de las cosas. En el caso del sub club Constructivista, ellos complementan esta ultima visión con un ir más allá, utilizar lo que ya tenga la persona de mi para elaborar visiones alternativas y poder afrontar problemas poco definidos, es decir adquirirme haciendo. Todos han hecho sus aportes, y si nos vamos a lo que se ha desarrollado con estas bases, estaríamos aquí días completos.
Sonreí después de un minuto de silencio. Había venido por algo muy puntual y me estaba marchando con una visión más amplia de lo que había imaginado. No cabía duda de que era con el aprendizaje con quien estaba hablando. Si no hubiese sido por su voz, la cual quebró el silencio, siento que no habría sabido que decir.
Entonces ¿qué has aprendido? ¿Quién y qué soy para ti?-, dijo el aprendizaje.

-Creo que lo simplificaría para darle un sentido más amplio. Eres un cambio permanente, un proceso, eres la continua construcción del ser ¿Estoy en lo correcto o me he equivocado?-, finalicé algo apenado.

-Seria como decir que hay algo en todo lo que hablamos totalmente cierto o equivocado. No hay ningún estilo correcto o incorrecto de acercárseme. Soy un poco de lo que todos han dicho sobre mí en incluso más que la suma de todas esas visiones, pues dependo incluso de las capacidades de cada persona. No existe una formula universal para hacerme presente en todos. Cada tópico tiene un mejor o peor estilo de ser impartido. Todos conducen a mí. Has aprendido algo, de una forma u otra, en mayor o menor grado. Me he hecho presente para ti y, al final, eso es lo que realmente importa.



Fuentes consultadas
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