jueves, 9 de julio de 2009

El Blog de Componente


En este espacio los participantes de Componente Docente podran incorporar sus actividades y comentarios. Es un espacio de discusión donde se plantearan los aprendizajes mas relevantes. Los temas a tratar seran los siguientes:


  • El perfil del buen docente y del mal docente desde la experiencia personal

  • El aprendizaje

  • Teorias de aprendizaje

  • Construcción colectiva de Modelos de enseñanza - aprendizaje

18 comentarios:

  1. En este espacio pueden copiar las actividades que han realizado, o hacer comentario de lo han planteado sus compañeros

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  2. Estimados compañeros,

    Esperamos resolver situación Moodle para la próxima semana, agradecemos a la profa Ana DoLara haber creado este blog para no atrasarnos en nuestro Componente Docente.

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  3. Mi mejor profesor fue mi profesora de literatura y de francés en 4º y 5º años de Bachillerato. Enérgica y apasionada, combinaba con naturalidad el histrionismo y la elegancia. Cuando leía en voz alta, nos sumergía en esos otros mundos creados por la literatura. El silencio de la clase era en realidad una intensa actividad de reflexión, interpretación, imaginación. La familiaridad con la que ella manejaba todo tipo de referencias hacía pensar que más que haber leído todos los libros había vivido mil vidas. A su manera, nos formaba más como exploradores, no como “estudiantes”, por eso insistía en que habláramos siempre desde nuestra experiencia y dijéramos qué significaba para nosotros cada cosa que estudiábamos.

    No diría que tuve un “peor profesor” ¿aburridos o desordenados algunos? Sí. Pero los que no me impresionaron, y aun los que he olvidado, contribuyeron a mantener ocupado nuestro tiempo en las aulas, tal vez no las más dinámicas, pero mejores que el extravío de no estar allí. Ellos me ayudaron a ser mejor, no mejor que ellos mejor como persona.
    L@s estudiantes: creo que en buena medida están buscando su propio centro, por lo que es probable que además de todo lo que viene con el título, “la carrera” les dé también una identidad, o al menos una “parte” de su identidad. L@s cansa la rutina. Por eso cuando les propongo que decidan un tema o la forma y ponderación de una evaluación, de inmediato se reaniman. Parecen necesitar evidencias muy claras de la relevancia de cosas que damos por “fundamentales”, de lo contrario no le ven el interés. También parecen que hubiesen desconectado su cuerpo (éthos, ánimo y conciencia) del aprendizaje académico. Pero no todos son así; también hay quienes están tan compenetrados con “la carrera” que sus estudios perecieran ser una continuación de su propia persona.

    No siempre organizo “clases”, pero en general imagino una dinámica que comienza por indagar lo que ell@s saben, que siempre es bastante. Hago preguntas de las que surgen “palabras clave” con las que armamos un “concepto inicial”. Luego expongo un problema y hacemos una primera aproximación desde el concepto inicial que hemos construido. Así vamos pasando de lo “sabido” a lo “por conocer”. Hago preguntas que no deben responder y sugiero indagar cosas para sí mism@s. En lo posible, me hago unos mapas para no extraviarme. Y evito hablar para mí mismo.

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  4. INTEGRIDAD A TODA PRUEBA

    El símbolo ideal de un buen docente lo ocupa en mi memoria, una de mis profesoras de periodismo, quien no solo tenía el don de concentrar toda la atención del curso, sino que también sus enseñanzas y sabias palabras se imponían a un tono de voz moderado, más con tendencia a bajo. En este sentido, la profe selló en mí el amor a la escritura a través de jornadas que se fusionaban la teoría de la prensa con experiencias in situ. De allí, que era frecuente que en nuestra clase estuviesen personalidades invitadas, de diferentes disciplinas, quienes eran entrevistados por los alumnos en una suerte de rueda de prensa.
    El aprendizaje adquirido con la referida docente incluyó la parte ética y los elementos humanos que no solo me han servido para el ejercicio profesional, sino para la vida, para comprender la realidad que me rodea. Escribir y escribir en prácticas frecuentes en el aula, pese a las rudimentarias máquinas que en los 90 colmaban las salas de redacción de la UCV, fue clave para asumir que cualquier carrera, en este caso, el periodismo, va más allá de las colecciones de libros y los interminables apuntes.
    La honestidad también fue un valor imperecedero de los lineamientos impartidos por mi querida docente. Honestidad con todos, pero sobretodo con nosotros mismos y con del compromiso que adquirimos al escoger el camino profesional.

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  5. MAL SABOR

    Durante mis tiempos de pre grado en la Escuela de Comunicación Social de la UCV, tuve un profesor inolvidable, por lo tediosas de sus clases semanales y el empeño en ganarse del cariño y el reconocimiento de los alumnos a costa de chanzas aburridas y sin sentido. En este sentido, las jornadas se centraban básicamente en la verborrea y la lectura mecánica de diferentes libros y con énfasis en las publicaciones de trabajos de ascensos que consistían en investigaciones realizadas por el propio docente y su entorno más cercano, con los halagos respectivos.
    En ese mar de falsa modestia, las intervenciones de los alumnos, cuando se permitían, eran escasas y las evaluaciones se limitaban a pruebas orales, donde el curso era interpelado sobre las teorías propuestas por el profesor de la cátedra. Con poco espacio para la interpretación y el análisis, aprobar la materia significaba grabar de memoria tales postulados.
    Por otra parte, el recordado profe en vez de inspirar confianza, en días de disturbios estudiantiles, no inspiraba la seguridad y la fortaleza al curso. En una oportunidad, en pleno examen y con la cercanía de los gases de las bombas lacrimógenas, dijo: “Dedíquense al examen, sí los encapuchados ingresan a la escuela, el profesor se va y los alumnos siguen respondiendo”. Mirando retrospectivamente, recuerdo cúanto temor produjo esas palabras en unos jóvenes veinteañeros.

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  6. Saludos
    No puedo copiar y pegar mi tarea

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  7. YA PUDE... AQUI VA!

    Mis clases están organizadas por semana, según los contenidos y objetivos de los programas. En la mayoría de los encuentros con mis estudiantes trato de presentarle algunos conceptos o convenios generales acerca de la materia, para que los estudiantes luego los desarrollen en las evaluaciones. En otras clases hay materiales asignados para discutir en el aula, pero nunca un estudiante ha leído todo el material antes de discutir. Muchas evaluaciones las preparo no para que me digan nada al caletre sino para que lleguen a ciertas conclusiones, piensen y hagan propuestas.


    Cómo son los estudiantes. Como estudiante que fui y ahora como docente en el área, pienso que muchos, por no decir la mayoría, de los estudiantes de comunicación social se perciben así mismos como “comunicadores” y creen que para llegar a serlo, requieren imitar las actitudes y opiniones de los estereotipos de comunicadores de los medios de información masiva. Especialmente cuando inician la carrera, los jóvenes vienen a la universidad para “ser” comunicadores y no a estudiar la comunicación.
    La mayoría de los estudiantes no comprenden que esta es una profesión de mucha responsabilidad, que requiere formación técnica, pero también teórica, crítica, una ética responsable, cultura general y motivación por la investigación para servir a la sociedad.
    Me gusta tratar a mis estudiantes como adultos, para quienes soy una guía en algunos temas que ellos deben descubrir, explorar, investigar, en lo posible vivir para que ellos los puedan concienciar.

    Mi mejor experiencia con un profesor, fue con Carlos Sosa, era mi profesor de Historia Social de la Literatura y el Arte, Arte y Literatura Latinoamericana. El profesor se preocupaba porque el ambiente fuera el más cómodo y porque todos tuviéramos un respeto por la clase y por lo que estábamos viviendo allí. Cuando era magistral, sus clases eran solemnes, y muchas de sus frases o planteamientos te quedaban durante días o semanas en la cabeza, hasta que al fin encontrabas las claves. Era una jornada intensa en contenidos y experiencia. Carlos Sosa, era un hombre reservado con los estudiantes, pero cada quien establecía una relación de confianza y cariño con él. Mi profesor me enseñó a preocuparme por descubrir “lo obvio”.

    Mi peor experiencia educativa, fue con el hermano de Carlos Sosa, todos le dicen “Cheo”, en aquel entonces daba clases de Teoría de la Comunicación y Publicidad. Las clases eran un suplicio, por alguna razón, sólo había una sección con demasiadas personas, en ocasiones había que escuchar las cuatro horas de clase en el piso entre las mesas o desde el pasillo. Intervenir, hacer alguna pregunta sobre la clase o hacer un ejercicio frente al salón, era un atrevimiento, porque “Cheo” siempre se las arreglaba para darte respuestas que seguramente eran un desparpajo o te iban a avergonzar, así que la mayoría se angustiaba al hablar con él. Recomendaba lecturas que no iban guiadas con los contenidos que veíamos en clase. No entregaba notas sobre pequeños trabajos. Y en Teoría de la Comunicación hizo una sola evaluación al final del año que consistió en un examen oral, comenzó a las ocho de la mañana y tu turno podía ser a las cuatro de la tarde, interrogó indistintamente sobre los cinco o siete libros de la materia mientras fumaba puros. El olor era nauseabundo

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  8. El mejor profesor fue mi maestro de matemáticas de sexto grado, cuyo nombre desafortunadamente no recuerdo, pues él estaba profundamente comprometido con sus alumnos y se preocupaba honestamente por nuestros asuntos, orientándonos, inclusive, en cuestiones que iban más allá de la simple educación. El peor de todos, cuyo nombre, por poca fortuna sí recuerdo, fue un profesor del pensamiento de Kant en la universidad, lo considero de este modo ya que él nos obligaba a aprendernos de memoria la Crítica de la Razón Pura y, en los exámenes, exigía que repitiéramos tal cual lo que decía el libro. Por supuesto que yo no soportaba ese método, puesto que prefería la reflexión y el análisis, pero él nos decía que nada teníamos que pensar, que debíamos remitirnos, simplemente, a lo que decía el autor, ya que, según él no éramos nadie para andar opinando. En fin, creo es evidente que ese profesor fue el peor de mi vida y espero no toparme jamás con ningún otro profesor semejante.
    Marlow Zurita

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  9. En mi proceso de aprendizaje recuerdo desde los primeros maestros de mi infancia, hasta los profesores de bachillerato. Sobre todo a los que me incentivaron en mi estudio por la historia y la literatura. En primaria, la maestra Vicenta Jérez descubrió mi chispa periodística y la señorita Umbriamipasión por las ciencias sociales. En bachillerato a Rafael Alfonzo por su manera de narrar los cuentos en Catellano y su manera de estimular la creación literaria través de la poesía la narración. El profesor San Miguel pese a que era el profesro de Biología, deja sus conocimientos de exilado español y todo lo que significó la Guerra Civil Española, luego Ramón CAstillo con la forma didactica que aplicó para la Historia de Vaenezuela contempóranea. Además, el profeso Rafael Angel Espinoza, con sus 47 años de experiencia docente nos motivó con las leyendas de los mayos, el popul vuh y el hombre de maíz. En la Universidad, recuerdo a Alfredo Maneiro, Manuel Isidro Molina, Arturo Cardozo, Pedro Espinoza, Jesús Rosas Marcano, Eleazar Díaz Rangel, Lenín Molina, Gilberto Álcala, ALejandro Mendible, Angela Zago quiénes fuerons mis profesores en la Escuela de Periodismo. Sus enseñanzas en el aprendizaje del oficio de periodista. Es como decir un breve recuento en mis años de estudio.

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  10. A mí me costó mucho caracterizar a los mejores y peores profesores que recuerdo. Creo que en mi caso tiene que ver con una relación afectiva y con las materias que más me gustaban en bachillerato (castellano y artística). Y en la Universidad con las materias que me hacían reflexionar.
    Creo que el peor profesor es el que se merecía el calificativo de pirata que es una conjunción de mala preparación, con desidia, desinterés y hasta abuso y maltrato.
    El mejor profesor puede ser justamente lo contrario: buena preparación, competente, interesado y respetuoso.

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  11. Lo Importante de esta actividad es ubicarnos en el rol de estudiantes y ver a través de sus ojos lo que nos resultaba positivo y negativo. En muchas ocasiones repetimos viejos modelos, sin darnos cuenta de lo que nos afectaban, los repetimos porque no es fácil romper con las viejas formas en que nos enseñaron a hacer las cosas y porque, es más fácil reproducir que innovar.
    Además de desempeñar el rol de docentes, somos personas, con dudas, miedos, prejuicios, concepciones, problemas, en fin, al entrar al aula, entramos con todo y no podemos desprendernos fácilmente de ello. Lo importante es estar concientes de esto y tratar de ser auténticos, si retomamos lo que hablamos en la reunión pasada y lo que me han planteado en el Blog o por correo, Casi todos valoraron positivamente el compromiso, la autenticidad, la empatía, el conocimiento, la sinceridad.
    Espero que este diplomado nos acerque a lo que Giroux (1992) plantea sobre el rol del docente, parafraseándolo, dice más o menos lo siguiente:
    El docente tiene que ser un intelectual transformador, entendiendo por esto, un docente auto crítico, respecto a su naturaleza y finalidad, reflexivo y comprometido no sólo con su trabajo, sino con la construcción y redefinición de una nueva práctica educativa y del cambio social, que desarrolle en sus alumnos la reflexión y la acción, que piense críticamente sobre los principios que estructuran la vida y la práctica del aula.

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  12. Mis mas Cordiales saludos, a mi Profesora y demas companeros. Mis mas recuerdos de mi profesor que puedo calificar como l que llenaba las espectativas como un buen profesor fue en la universidad, que en mi criterio propio es fundamental tener docente que inspire y a fomentar a enamorarse de la carrera y con ella las materias que debemos dominar adquirir conocimientos, en mi experiencia fue una profesora de obligaciones, ella solo se dedicaba a realizar su exposicion del tema sin tomar en cuenta si nosotros como alumno entendiamos la explicacion sin permitir dudas, comentar o muchos menos interrumpir la clase era como un tempano de hielo, misteriosa como inalcansable como pofesora. mi exeriencia como unos de los mejores profesores fue una de Flosofia del Derecho nos hacia vivir cada explicacion y desear conocer, nos orientaba con respecto a la materia, dramatizaba y nos mantenia atento y desear que no terminara las clase y cuando esto sucedia esperar con paciencia la proxima clase para mi el mejor de lo mejor. Mis Gracias a el... Y hoy es unos de los patrones a seguir en mi pequena experiencia en este mundo tan maravillo de la docencia.

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  13. Alba Ludmila Lopez11 de julio de 2009, 21:04

    Mis mas Cordiales saludos, a mi Profesora y demas companeros. Mis mas recuerdos de mi profesor que puedo calificar como l que llenaba las espectativas como un buen profesor fue en la universidad, que en mi criterio propio es fundamental tener docente que inspire y a fomentar a enamorarse de la carrera y con ella las materias que debemos dominar adquirir conocimientos, en mi experiencia fue una profesora de obligaciones, ella solo se dedicaba a realizar su exposicion del tema sin tomar en cuenta si nosotros como alumno entendiamos la explicacion sin permitir dudas, comentar o muchos menos interrumpir la clase era como un tempano de hielo, misteriosa como inalcansable como pofesora. mi exeriencia como unos de los mejores profesores fue una de Flosofia del Derecho nos hacia vivir cada explicacion y desear conocer, nos orientaba con respecto a la materia, dramatizaba y nos mantenia atento y desear que no terminara las clase y cuando esto sucedia esperar con paciencia la proxima clase para mi el mejor de lo mejor. Mis Gracias a el... Y hoy es unos de los patrones a seguir en mi pequena experiencia en este mundo tan maravillo de la docencia.

    11 de julio de 2009 21:01

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  14. ES VERDAD
    Sobre el comentario de la profe Ana, es verdad! Aunque trato de no ser como “Cheo” hay algo de mí que a veces responde como él, no grosero pero tal vez poco afectivo. Parte de mi revisión, no de ahora sino desde que Carlos Ortiz, Heberto y Flor me echan broma por mi trato con los estudiantes, es que siempre he sido “acidita”, un poco “pesada” y “sarcástica” a las preguntas ingenuas (esto por la formación o relación con mi padre). Aclaro, que los calificativos que señalo sobre mí, los recojo de otras personas. También es verdad que trato de imitar lo mejor de Carlos Sosa, aunque reconozco que aún falta mucho para ser como él, y para llegar a serlo debo encontrar mi propio camino. Según las características del grupo de estudiantes, reflexiono críticamente sobre como interactuar “sobre los principios que estructuran la vida y la práctica del aula”

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  15. Las malas y buenas experiencias como estudiante con los docentes

    Mi peor profesor:
    Cuando era estudiante de Filosofía en el Seminario San Jose tuve un profesor que me impartía la cátedra de historia de la Filosofía Medieval, el cual nunca preparaba la clase ya que cuando uno le planteaba interrogantes el salía con algún cuento. Esto demostraba que carecía de los conocimientos del tema y de su falta de preparación de la clase.

    Mi mejor profesor:
    Durante mi vida de estudiante he tenido la dicha de tener excelentes profesores. Han sido excelentes porque además de ser intelectuales y muy buenos a la hora de compartir el conocimiento (no me gusta el término impartir conocimiento) siempre eran de un profundo humanismo, de convicciones reales de la vida y de mucha reflexión sobre la existencia, de lo humano. En primaria tuve uno que me marcó ya que él decía que cuando era niño vendia mandocas y empanadas porque era pobres, pero que con esfuerzo y sacrificio llegó a ser maestro, su ejemplo lo seguí, ya que por mis orígenes campesinos hice muchas veces de vendedor de mandocas y cosas así además de trabajar en el campo desde muy pequeño hasta joven.
    De ambos profesores aprendí muchas cosas para aplicar y no aplicar sus métodos y malos hábitos en mi ejercicio de docente. Del primer profesor aprendí a no ser pirata como coloquialmente se le llama a los profesores que demuestran su desconocimiento en un aula de clases. Del segundo a ser dedicado y constante en la búsqueda del conocimiento y en creer firmemente que las metas si se alcanzan cuando uno con la ayuda de Dios se las propone, que nada es inalcanzable, que la vida está llena de retos y desafíos, que los obstáculos se pueden vencer cuando se tiene fe y convicción. Creo que si miramos hacia el pasado nos entusiasmamos para seguir luchando. Mirar y contemplar el pasado, es un motor generador de energía para impulsarnos hacia el futuro.

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  16. SALUDOS A TODOS ….
    EL PERFIL DEL BUEN DOCENTE
    Me hace recordar a un profesor de Contabilidad, sabía lo que hablaba en el aula, responsable, ordenado, daba ejemplo como líder y profesor, nos motivaba a aprender cada día, a ser, a convivir y a trascender. Nos llenaba de muchas expectativas para el futuro nos animaba a luchar por nuestras metas y nos inyectaba la frase: “Si podemos alcanzar Nuestras Metas con honestidad”.

    EL PERFIL DEL MAL DOCENTE
    Huuuuy fue un profesor de cálculo solo enseñaba para llenar su vientre, se le notaba que necesita solamente el suelo y no le importaba la materia que daba. Entraba al aula colocaba un ejercicio y luego se iba a enamorar y a invitar a comer a las que estaban aplazadas, fue de mucha utilidad para las chicas porque así le subían las calificaciones pero para otro producía ruido, estorbo, incomodidad, eso desanima. Pero gracia por ellos porque son ejemplos a no seguir.
    Me hace recordar la expresión de José Moya en una de sus conferencias: “No es competente el que sabe mucho, sino el que sabe utilizar todos sus recurso, para hacer o resolver un problema”.
    Analizando esta frase concluyo que no hay profesor malo sino que no han utilizado todo lo que tienen. Y para eso hay que amar lo que se hace en este caso enseñar. Además de sentir el peso de la responsabilidad ya que lo que enseñamos puede repercutir para la
    Vida futura de muchos.

    QUE PIENSO DE LOS ESTUDIANTES?
    El estudiante, es como tierra fértil: listo para recibir y dar frutos.
    El Docente, es el sembrador.
    La Semilla, es la información que da el docente.
    Que tenemos en nuestras manos? Tierras de diferentes tipos, listos para recibir del Sembrador, no todo tipo de semilla sino que el docente estudia el tipo de tierra para poder elegir la semilla a esparcir, luego el riego que es el seguimiento del docente en saber si capto la información, disipando toda duda del alumno como resultado, HAY frutos: Alumnos actos con habilidades para resolver problemas.

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  17. HOLA PROFESORA
    LA UNIDAD 1 LO ENVíE POR CORREO

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